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domingo, 14 de noviembre de 2010

VIAJE A LEÓN


“¡El viaje a León!”
Lunes 4 de octubre 2010


El despertador hoy ha sonado a las 8, pero hacía 10 minutos que estábamos los tres levantados, teníamos ganas ya de ponernos rumbo a nuestro destino. Hemos dormido en casa de Raúl para salir juntos hacia la estación por la mañana. Dani nos ha explicado que durante la noche se ha despertado repentinamente, dando un brinco, aquejado de un calambre en su gemelo izquierdo… parece que se empieza a notar la presión de los 30km diarios que nos esperan. Ahora ya podemos decir que los 3 tenemos alguna molestia, Raúl recién recuperado de una lesión, yo con una contractura en el isquio y ahora Dani se suma con su gemelo dolorido. Así pues nos hemos vestido de “Canet Racers” y con la mochila a cuestas, hemos salido a la calle. Nuestro aspecto era un tanto peculiar, los tres vestidos iguales con barba de tres días y con los petates en la espalda, parecíamos una mezcla de “Los Cazafantasmas” y las “Tortugas Ninja”. Tal es así que cuando hemos ido a comprar el desayuno a una pastelería la chica no ha podido evitar preguntarnos “¿y vosotros de qué trabajáis?”

Hemos llegado a la estación de Barcelona-Sants puntuales, aunque debido a una huelga de interventores el tren ha salido con 40 minutos de retraso. Nos ha ocurrido algo curioso y es que hemos estado tan preocupados por las cosas que metíamos en la mochila, para regular lo más posible el peso, que no nos hemos acordado de la comida, ha sido pasado el mediodía cuando los tres hemos empezado a tener hambre y mirándonos mutuamente hemos dicho “¿y la comida?… ¡Nos hemos olvidado de que teníamos que comer!” Finalmente hemos solventado el descuido mal comiendo un bocadillo recalentado en el bar del tren.

A las 6 de la tarde llegamos a León. Al bajar del tren notamos el cambio de temperatura, hacía más fresquito que en Barcelona. Dimos un ligero paseo hasta llegar al albergue donde nos hicieron la tarjeta que nos acredita como peregrinos del Camino de Santiago. Nos instalaron en una habitación de literas donde habría unas 60 personas más. Luego nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad y cenamos a base de cortos de vino y tapas. A las 9.30 de la noche tuvimos que ir hacía el refugio porque las monjitas cerraban las puertas. Mañana empezamos nuestra aventura.

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